...............Y cuando se encienden las antorchas, y los hombres caminan por los suelos de arena bajo las bóvedas resonantes, ah, entonces gemas y cristales y filones de mineral precioso centellean en las paredes pulidas; y la luz resplandece en las vetas de los mármoles nacarados, luminosos como las manos de la Reina Galadriel. Hay columnas de nieve, de azafrán y rosicler, talladas con formas que parecen sueños; brotan de los suelos multicolores para unirse a las colgaduras resplandecientes: alas, cordeles, velos sutiles como nubes cristalizadas; lanzas, pendones, ¡ pináculos de palacios colgantes !
Unos lagos serenos reflejan esas figuras: un mundo titilante emerge de las aguas sombrías cubiertas de limpios cristales; ciudades como jamás Durín hubiera podido imaginar en sus sueños, se extienden a través de avenidas y patios y pórticos, hasta los nichos oscuros donde jamás llega la luz.
De pronto ¡ pim ! cae una gota de plata y las ondas se encrespan bajo el cristal y todas las torres se inclinan y tiemblan como las algas y los corales en una gruta marina. Luego llega la noche: las visiones tiemblan y se desvanecen; las antorchas se encienden en otra sala, en otro sueño. Los salones se suceden, un recinto se abre a otro, una bóveda sigue a otra bóveda y una escalera a otra escalera, y los senderos sinuosos llevan al corazón de la montaña. ¡ Cavernas ! ¡ Las Cavernas del Abismo de Helm !
¡ Feliz ha sido la suerte que hasta aquí me trajo ! Lloro ahora al tener que dejarlas.
" El Señor de los Anillos "
J.R.R. Tolkien
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