...............Y cuando se encienden las antorchas, y los hombres caminan por los suelos de arena bajo las bóvedas resonantes, ah, entonces gemas y cristales y filones de mineral precioso centellean en las paredes pulidas; y la luz resplandece en las vetas de los mármoles nacarados, luminosos como las manos de la Reina Galadriel. Hay columnas de nieve, de azafrán y rosicler, talladas con formas que parecen sueños; brotan de los suelos multicolores para unirse a las colgaduras resplandecientes: alas, cordeles, velos sutiles como nubes cristalizadas; lanzas, pendones, ¡ pináculos de palacios colgantes !
Unos lagos serenos reflejan esas figuras: un mundo titilante emerge de las aguas sombrías cubiertas de limpios cristales; ciudades como jamás Durín hubiera podido imaginar en sus sueños, se extienden a través de avenidas y patios y pórticos, hasta los nichos oscuros donde jamás llega la luz.
De pronto ¡ pim ! cae una gota de plata y las ondas se encrespan bajo el cristal y todas las torres se inclinan y tiemblan como las algas y los corales en una gruta marina. Luego llega la noche: las visiones tiemblan y se desvanecen; las antorchas se encienden en otra sala, en otro sueño. Los salones se suceden, un recinto se abre a otro, una bóveda sigue a otra bóveda y una escalera a otra escalera, y los senderos sinuosos llevan al corazón de la montaña. ¡ Cavernas ! ¡ Las Cavernas del Abismo de Helm !
¡ Feliz ha sido la suerte que hasta aquí me trajo ! Lloro ahora al tener que dejarlas.


" El Señor de los Anillos "
J.R.R. Tolkien


lunes, 29 de octubre de 2007

EMIL RACOVITA. Fundador de la Bioespeleología.

LA VIDA Y LA PERSONALIDAD DE EMILE RACOVITA
Alineando los documentos biográficos que conciernen la vida de Emile Racovita, se adquiere la visión neta de un camino hecho de éxitos (cumbres), desde el principio hasta el final. Desde su mas tierna infancia – cuando la protección es una necesidad orgánica, - sus padres le han llevado a las cumbres y es hacia esas orgullosas cumbres que el mismo Racovita se lanza, desde el primer estallido de su tumultuosa personalidad.
Sus padres eran gente acomodada, y también eruditos, en una época de intensos revuelos espirituales de los que la capital de Moldavia era la capital.
Su padre, Georges Racovita, magistrado y abogado, era miembro del círculo "Junimea", y reputado hombre de ideas. Su madre, Eufrosina Racovita, Stamapol de soltera, era una mujer de alta cultura y de una inagotable dulzura. Nacido el 15 de noviembre de 1868 pasó su infancia en la casa paterna de Jassy o en la mansión de Suranesti, cerca de Vaslui en la que reinaba un ambiente de ternura, de buen humor y de delicada espiritualidad.
El joven Emile tuvo la incalculable alegría de tener por maestro de escuela a Ion Creanga, el mejor narrador de la literatura rumana. En una época en la que la moda exigía que la educación de los jóvenes acomodados se completase bajo la tutela de las lenguas, culturas y costumbres extranjeras, los Racovita no dudaron en confiar su hijo a un rumano. La escuela de la calle Pacurari fue incontestablemente decisiva para el futuro de Racovita. Crenaga venía a buscar a su alumno a casa y lo dejaba allí después de las clases, estando cerca la casa del joven alumno de la mansarda, celebre hoy en día, del maestro de escuela. A lo largo de numerosas charlas con su alumno, al igual que por sus lecciones completadas por historias, supo insertar en su joven espíritu el pensamiento pintoresco del campesino moldavo, el encanto de la lengua pura del terruño y el amor hacia el pueblo que la utiliza.
En el colegio llamado "Institutos Unidos", las clases eran confiadas a intelectuales cuyos nombres son objeto de un gran respeto en la historia de nuestra cultura. Se trata de Ponui, Cobalcescu, Xenopol ,Climescu, Toni, Lambrior, Caragiani, Culianu, etc. " En el colegio he tenido unos profesores ante los cuales debo, en cualquier momento, inclinarme, puesto que dudo que pueda haber ahora otros iguales" – afirma en el crepúsculo de su vida, el antiguo alumno con reconocimiento. Después del sabor del terruño – revelada por su primer mentor – el joven Racovita saborea, desde entonces y en adelante, el pensamiento profundo con el cual los eminentes maestros de aquel colegio interpretaban los fenómenos culturales y sociales tan apasionadamente discutidos en Jassy por los miembros del "Junimea" o del " Comtemporarul".
El adolescente sediento de saber se verá atraído por todo eso al mismo tiempo que por la cultura humanista y por la poesía rumana, y notablemente, por Eminescu, cuya creación y personalidad meteóricas le impresionaron profundamente.
Es en esta época cuando se incrustan en el alma del joven discípulo, marcándole para el resto de sus días – dos huellas significativas: el amor por la ciencia de la vida y un generoso credo social.
En la primera reconocemos la influencia de Grigori Cubalcescu, maestro erudito y cautivador, quien dirigió hacia la biología la admirable pleiade de los Bujor, Leon Antipa y Racovita, nuestros primeros evolucionistas militantes.
A este respecto, nada sería más edificante que el gesto de piadosa gratitud hecho por Racovita en el curso de su expedición antártica.: una de las islas descubiertas en el desierto helado todavía hoy lleva el nombre de "Isla Cobalesco". La segunda impronta se debe a la lectura apasionada del "Contemporanul" que había determinado - según los recuerdos de Leon – "una verdadera psicosis" entre los alumnos del los Institutos Unidos, llegando incluso a desencadenar ciertas actitudes que fueron sancionadas por la autoridad escolar. En la lista de los alumnos castigados figura el de Racovita.
Terminado el bachillerato – en 1886 – Racovita sale hacia París, con el fin de continuar allí sus estudios superiores. Fue acompañado por sus padres quienes alquilaron un apartamento en el Boulevard Saint Germain para pasar los inviernos con él. Sólo por obedecer a su padre y contrariamente a sus deseos, Racovita entra en la facultad de derecho, de la que sale licenciado al cabo de tres años. Sin embargo paralelamente sigue los cursos de la Escuela superior de Antropología, con el profesor Manouvrier, en los que ha completado incontestablemente sus convicciones evolucionistas y se inscribe a 1889 a la Facultad de Ciencias Naturales cuyos profesores eran en la época la gloria de la Sorbona. Inmerso a partir de entonces en su elemento, Racovita se dedica al estudio de las ciencias de la naturaleza con toda su pasión y su capacidad de trabajo. Pronto, seducido por la personalidad científica y humana de Henri Lacaze-Duthiers, creador en la Sorbona de una prestigiosa escuela de Zoología , fundador de las estaciones biológicas de Roscoff y de Banyuls sur Mer, fundador y director del más prestigioso periódico francés en el terreno de la zoología: "Los archivos de zoología experimental y general", Racovita se especializa en zoología. Lacaza-Duthiers, al igual que su maestro de conferencias George Pruvot, el excelente amigo de Racovita, tendrán un papel decisivo en la formación y en la carrera científica de nuestro joven naturalista.
Se convierte en uno de los habituales del laboratorio de Lacaze en donde trabaja incluso durante sus estudios. Pasaba las vacaciones en las estaciones de Roscoff y de Banyuls en donde sus lazos de colaboración y de amistad intima con Pruvot se estrecharon cada vez más. En 1891, justo después de dos años de estudios, Racovita obtiene la licenciatura en ciencias naturales y comienza a publicar los resultados de sus investigaciones; en 1896, obtiene el doctorado con una tesis de histología y anatomía comparadas, que hace que se conozca y se le aprecie en el mundo entero. Como podemos constatar, Racovita se alinea desde el principio en las filas de esos elegidos que sabiendo minar las circunstancias e incluso, cuando es preciso, dirigirlas con el brazo vigoroso del piloto seguro de sí mismo. Con discernimiento y una firme ética, supo elegir siempre todo aquello que podía servir a la ciencia en general y a su misión cultural y moral en especial.
La personalidad de Racovita reunía junto a unos poco habituales dones físicos y espirituales unos muy elevados principios morales y sociales. En el, el criterio esencial que define la personalidad había encontrado su expresión más perfecta: aquella que consiste en vivir según su propio credo moral y social. Por lo tanto, los hechos de la vida de Racovita están caracterizados por una maravillosa sinceridad. Pero igualmente están marcados por un verdadero soplo heroico, pues esos principios por los que el se regía eran puros y austeros.
Es en aquí donde reside el secreto de sus brillantes éxitos en los exámenes y en sus primeras realizaciones científicas. Y también es aquí donde se encuentra la única explicación de un excepcional prestigio entre los estudiantes y los jóvenes sabios de París. Su camarada y amigo, J, Guiart se acuerda del estudiante Racovita sobre los demás en los términos siguientes: "entre nuestros camaradas de aquella época, un agrupamiento simpático se formó rápidamente entorno a Racovita, puesto que a lo largo su vida, ese gran demócrata le gustaba organizar y dirigir a los demás". Y acordándose de las excursiones estudiantiles, Guiar anota: "A lo largo de aquellas excursiones, Racovita siempre era nuestra locomotora, esperando llegar a ser un excelente organizador". Más tarde después de terminada su carrera y su doctorado Racovita organizó en París un cenáculo sui generis, bautizado "Académia Sarah" en donde se reunían, para discutir cuestiones científicas y políticas, numerosos sabios de los que algunos se convirtieron después en astros de la ciencia: Portier, Pruvot, Herouard, Bertrand, Dubosq, Guttel, Pruho, Quenot, Haug, Pettit, Odon de Buen, Ion Cantacuzino, Hurmuzesco, y naturalmente Guiart y Racovita.
Este ultimo había llegado a París en un momento en el que un buen número de naturalistas franceses estaban en oposición o en reserva con respecto al evolucionismo. Racovita sin embargo no se desanimó en absoluto. Firme en su posición avanzada, perseveró en su actitud incluso cuando se enfrentó a su profesor y mentor científico, Lacaze Duthiers, que no era evolucionista. Tanto más significativa es, a este respecto, su inflexible constancia en cuanto a sus ideas socialistas que tanto incomodaban a su familia y a sus parientes próximos. Desde el primer año de estudios, se adhiere al Partido Socialista francés. En 1889, forma parte de la delegación rumana en el Congreso Obrero internacional de París, en cuya ocasión él imponga su firma en la moción votada por el congreso, según la cual el Primero de Mayo quedaba declarado día festivo para los trabajadores del mundo entero y donde se exigía ya la legislación de la jornada de 8 horas,
Mientras tanto, en París, se había constituido el "Grupo de estudiantes rumanos socialistas" en el que Racovita tenía un papel muy activo. Hacía 1889 –90, el grupo había organizado unas enseñanzas marxistas, dirigido, alternativamente, por Voinov, Radovici, Stoicescu y el mismo Racovita. Este último da una amplia serie de conferencias sobre El Capital de Marx, dando lugar a debates, a veces incendiarios. La bibliografía de la Academia posee cinco manuscritos de aquellas conferencias.
En diciembre de 1893, Racovita participa en el Congreso Internacional de los estudiantes socialistas en Ginebra, y, por sus discursos, hace comprometerse a los estudiantes socialistas, sobretodo de los rumanos.
Una vez terminado el doctorado, Racovita vuelve a Jassy, con el fin de cumplir con un deber largamente aplazado: su servicio militar. Antes de terminarlo es licenciado a consecuencia de una intervención diplomática que le reclama para que participe en la expedición Antártica del navío Bélgica.
Los profesores Lacaze Duthiers de París y Van Benden de Lieja recomendaron a Racovita como único naturalista agregado a la expedición. Así como comenzó la más peligrosa, pero también la más heroica, de las campañas de exploración de Racovita.
Pasemos de los preparativos, el desarrollo y los resultados de la expedición y limitémonos a relevar de ella algunos episodios significativos para nuestro tema.
El Bélgica era un navío a toda prueba, pero relativamente exiguo y sobretodo de un lentísimo desplazamiento. Para cubrir la distancia desde Anvers hasta el extremo de América del Sur, necesitó más de cinco meses. Durante ese tiempo Racovita preparó el laboratorio, y en las etapas, hizo observaciones científicas y formó una colección de plantas y animales. Desde río de Janeiro hasta Punta Arenas, en la costa de la Patagonia, el Bélgica invirtió 25 días. Racovita aprovechó para embarcarse en un transatlántico y llegar a Punta Arenas con 20 días de adelanto sobre El Bélgica. Utilizó ese tiempo para explorar las pampas y las selvas vírgenes de la Patagonia.
Desde todas aquellas etapas Racovita enviaba cartas a su familia; a solicitud de T. Maoirescu, su padre le entregaba la correspondencia para ser publicada en la revista "Convorbiri literare".
Igualmente se ha conservado su diario de ruta de la Patagonia, que constituye, junto con las cartas mencionadas, una obra maestra del género.
El 13 de Abril de 1898, Racovita, una paloma mensajera llega hasta Punta Arenas: traía la noticia de que el Bélgica, habiendo salido del último puerto del Sur, se dirigía hacia el Antártico. Durante los siguientes 14 meses no hubo las más mínima noticia. Es el momento de la gran prueba. En medio de las asolaciones físicas y morales, en la horrible noche antártica, el heroísmo y la pasión científica de Racovita no decrecieron un solo instante.
A pesar de verse el también afectado, no cesa de consignar diariamente sus observaciones sobre los espacios helados y en el laboratorio sin cansarse jamás de mantener la moral entre sus compañeros por su irrompible fuerza moral y su humor destornillante. Muy apreciado por todos, se le apodó "Raco". Roald Admundsen, segundo oficial del Bélgica, después de haber expresado su admiración hacia Racovita, el naturalista, afirmó, caracterizándole, " que es un perfecto camarada y un explorador intrépido". Finalmente, el comandante Lecointe se acordaba de él en los términos siguientes: "el zoólogo Racovita ha contribuido de forma única a sostener la moral de sus camaradas agotados por la noche polar".
Al cabo de dos años y tres meses de ausencia, el 18 de noviembre de 1899, el Bélgica hace su entrada triunfal en el puerto de Anvers. Racovita traía un inmenso material biológica. Lo distribuyó entre los diferentes especialistas consagrados y sólo se queda para sí las investigaciones concernientes a los cetáceos, los pinípedos y los pájaros, así como la biogeografía del Antártico. No se ignora, más de 60 memorias científicas, firmadas por sabios de prestigio mundial, son el resultado de su trabajo como naturalista a bordo del Bélgica.
La expedición supuso para Racovita un horizonte científico nuevo, contribuyendo a cristalizar su propia doctrina de biología general. Su fama como explorador polar, el material traído y anotado y de una riqueza inusitada, sus admirables conferencias sobre la Antártica dadas sucesivamente en Anvers, Bruselas, Lieja, París, Bucarest y Jassy, le consagraron definitivamente. Siete días después de la llegada del Bélgica a Anvers, fue elegido miembro correspondiente de la Real Sociedad de Geografía de Anvers. El año siguiente, Racovita fue elegido miembro de la Sociedad de Médicos y Naturalistas de Jassy, luego, el 11 de Abril de 1905, ante la propuesta llena de elogios del doctor Istrati, miembro correspondiente de Academia Rumana.
Estas recompensas morales se vieron seguidas inmediatamente por ofertas sensacionales. Su viejo profesor Lacaze - Duthiers le nombra en 1900 subdirector del laboratorio marítimo "Aragó" de Banyuls sur Mer y co-director de la revista "Archivos de Zoología experimental y general".
En 1900, Racovita dejaba París para establecerse a los pies de los Pirineos, en la costa mediterránea, a la que amará el resto de su vida.
En 1901, muere Lacaze- Duthiers. Es en Racovita en quien recae la doble tarea de dirigir la estación de Banyuls al mismo tiempo que la revista, en colaboración con su amigo Pruvot, sucesor de Lacaze en la Sorbona.
Bajo la dirección de estos dos amigos, el laboratorio Arago se convierte en poco tiempo un celebre hogar de aprendizaje científico y de investigación; atrae, en una ambiente de buena camaradería, a los más eminentes biologistas franceses, así como numerosos extranjeros, tales como: Kovalewski, Minchin, Agassiz, Odon de Buen, I. Cantacuzino. En cuanto a la actividad redactiva de Racovita, su incansable labor y su competencia hacen crecer el prestigio de la publicación fundada por Lacaze.
La agobiante tarea administrativa no impide a Racovita hacer imprimir sus notables monografías sobre los cetáceos ni de emprender con Pruvot exploraciones oceanográficas con el navío Roland perteneciente a la estación. En el curso de una de estas campañas, desembarcó el 16 de Julio de 1904 en Mallorca con el fin de estudiar la célebre gruta del Drach. Allí recolectó, entre otros, un crustáceo totalmente especial, pues representaba un género desconocido hasta entonces para la ciencia, emparentado con los crustáceos marinos, pero presentando profundas modificaciones debidas a la influencia del medio cavernícola. Racovita le dio el nombre de Typholocirolana moraguesi. Mientras buscaba en la literatura explicaciones para los inquietantes problemas ecológicos y filogenéticos sugeridos por ese extraño crustáceo, se dio cuenta que el ambiente biológico subterráneo había sido demasiado ignorado y que los escasos datos existentes habían sido interpretados de forma errónea. Aquellas constataciones despertaron en él la visión realista de un nuevo y rico filón de investigaciones, lo que le decidió a consagrar el resto de sus días a la exploración y a la interpretación de ese universo virgen. De esta manera, Racovita se hizo espeleólogo y lo sería hasta el fin de sus días.
A lo largo de tres años, ayudado por Jeannel, exploró apasionadamente un gran número de grutas de diferentes regiones karsticas. Los documentos obtenidos por esas entusiastas investigaciones, corroboradas por su amplia experiencia como zoologista evolucionista, permitieron a Racovita publicar en 1907 su célebre Ensayo, libro fundamental de la bio-espeleología. Al mismo tiempo fundó el periódico internacional "Biospeológica", que le permitió polarizar a su alrededor la investigación espeológica mundial.
A la cabeza de aquella campaña se encontró el mismo Racovita, el cual, publicando paralelamente sus sustanciales estudios sobre los Isópodos, explora con Jeannel más de mil grutas. Los resultados de esas exploraciones fueron consignados en "Espelológica".
En 1907, se casó con Hélène Boucard la cual será su entregada compañera durante toda la vida. Durante el mismo año, perdió a su madre; su padre a su vez murió en 1913.
La guerra paralizó el impulso de la campaña espeológica. Jeannel y otros colaboradores fueron movilizados. Racovita permaneció en Banyuls donde organizó un hospital para los heridos. Se vio profundamente afectado por la entrada de Rumania en el conflicto y aun más por los problemas de 1916-17, tal y como lo atestigua la correspondencia.
Estimando que era su deber ayudar a los movilizados de Suranesti y a sus familias, dio en su casa unas disposiciones especiales y, el 29 de Marzo de 1918, comunicó a su apoderado que distribuyese todas sus tierras entre los campesinos con la firme recomendación de se adoptase la explotación cooperativista.
El año 1920 representó un giro en la vida de Racovita. De vuelta a su país, se instaló en Cluj, capital de aquella Transilvania finalmente unida a Rumania. El 1 de febrero de 1920 fue nombrado profesor de biología general de la Universidad de esa ciudad y, por una ley especial, director vitalicio del Instituto de Espeología, creado el 26 de Abril del mismo año, en el marco de la Universidad, instituto que fue, durante mucho tiempo, el único de ese genero en el mundo.
Como era muy sencillo, Racovita continuó sus investigaciones sobre el terreno y en el laboratorio. Con Jeannel y después con Pierre Chappuis y Valer Puscariu, exploró las grutas rumanas, sobretodo las de los montes Apuseni; publicó, en varias notas, sus estudios taxonómicos y filogenéticos sobre los Isópodos y presentó un nuevo tipo y una nueva especie descubiertos en Eslovenia, Microlistra spinosa. Gracias a esto, Cluj se convirtió, y se mantuvo hasta la muerte del sabio, en el centro de las investigaciones espeológicas mundiales y la sede de la revista "Biospeologica" a la cual se añadirán en 1926 "Los trabajos del Instituto de espeológia de Cluj" en versión rumana y francesa.
En 1920, fue elegido miembro activo de la Academia rumana y desde 1926 hasta 1929, fue tres veces seguidas su presidente. En 1923, fue proclamado doctor honoris causa de la Universidad de Lyon; en 1925 fue elegido presidente de honor de la Sociedad zoológica de Francia y miembro correspondiente de la Junta de Ciencias Naturales de Barcelona así como de la Sociedad de biología de París; en 1946 es nombrado miembro del Instituto de oceanografía de París; en 1947, miembro asociado de la Academia de Bruselas; finalmente miembro de la sociedad de Zoología de Londres y de la Academia de Medicina de París.
En el seno de la Universidad su papel más relevante fue el de consejero, de organizador y de directivo. Sus memorias respecto de la reforma de la enseñanza, la organización de los institutos y de los laboratorios pueden ser consideradas monumentos de documentación seria y con generosas soluciones.
Sus propuestas, sus alocuciones, sus informes y sus proyectos de reorganización como miembro de la Academia rumana, y notablemente durante su triple presidencia (1926 – 1929), merecerían ser estudiados con atención todavía hoy en día.
Bajo su dirección nació la "Sociedad de Ciencias de Cluj" de la que fue su Presidente hasta que murió; igualmente dirigió el boletín de la sociedad (a partir de 1921), publicado en varias lenguas extranjeras.
Además participó en el movimiento cultural del grupo "Astra". Dirigió el congreso de los naturalistas y se preocupó de la creación del museo etnográfico de Cluj, mientras que se interesaba en reforzar las relaciones culturales con el extranjero. Fue también el promotor y el doctrinario del movimiento para la protección de la naturaleza, y creó en su instituto un despacho central para el estudio sobre las migraciones de las aves. El turismo le interesa igualmente "La Fraternidad montañera" (Fratia munteana), primera sociedad rumana de turismo de Transilvania. Como miembro de la comisión de la biblioteca universitaria de Cluj, su papel activo fue de tal importancia que los especialistas lo consideraron como un pionero en la organización de nuestra documentación y de nuestras bibliotecas científicas.
Esta inmensa obra y generosa se vio brutalmente interrumpida por el dictado de Viena, el cual empujó a la Universidad de Cluj al camino del exilio. Durante el curso de los cuatro años y medio de refugio en Timisoara, Racovita se consagró por entero a la Facultad de Ciencias de la Universidad.
En Julio de 1945, Racovita recupera intactos el Instituto de Espeología de Cluj, así como la biblioteca y sus colecciones personales. Pero el fundador septuagenario no era ya aquel que había abandonado esos lugares en 1941. Durante el verano de 1947, tuvo una caída, rompiéndose un omoplato, lo que no le impedía ir cada mañana al Instituto para no volver hasta la noche. De esta forma, el viejo Racovita hacía don, en silencio, de sus ultimas fuerzas a su creación en Cluj. Pero sus fuerzas declinaron de día en día. Se apagó el 19 de noviembre de 1947, arrastrado por una neumonía.
Las cualidades excepcionales, morales e intelectuales de Emile Racovita hacen de él una de las más seductoras personalidades de la cultura rumana. Su vida es un admirable ejemplo de deber cumplido, de elevación espiritual, de nobles ideales científicos y sociales. Puedan todos aquellos que aspiran a las cumbres seguir este ejemplo.

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